Tres años y contando

Y que tres años no es nada...
Que tres años no es nada…

Es para no creerlo.

Tres años han pasado sin hacerle ni una sola actualización a este sitio.

¡Tres años!

El problema es que este blog empezó de la misma forma que otros sitios personales que he creado: fruto de estar un largo tiempo sin trabajo.

Y murió por la misma causa, porque encontré trabajo.

¿Será que ambas cosas son incompatibles entre si?

No, no tiene que ser así.

Esta mañana regresé a trabajar después de dos semanas de licencia. La ansiedad me hizo despertar una hora antes que sonara la alarma y mis pensamientos fueron a caer en este sitio, y recordar todo el tiempo que lo he dejado abandonado.

(Aunque si se trata de abandono, el record lo tiene el sitio de Ranma, que en poco cumplirá 20 años sin actualizarse. Oh si, que veinte años no es nada.)

¿Y por qué quiero revivirlo?

Por una de las mismas razones que me hicieron crearlo en primer lugar. Ni facebook, con su alcance limitado, ni twitter, con sus 240 caracteres son suficientes como para explayarse en algo. Cierto que son muy buenos para ser concisos e ir al hueso, pero para divagar no son suficientes.

Necesito más espacio para soltar lo que tengo adentro, y exorcisarlo en cierto modo.

Así que, como dijera el doctor Frankestein:

¡It’s Alive!

Pero espero que este blog no se convierta en un monstruo y me persiga hasta el polo sur.